Incidencia Medioambiental

 La producción de energía nuclear deja huellas en el entorno muy contaminantes y por largo tiempo además de provocar accidentes con consecuencias fatales. La gestión de los residuos radiactivos por periodos de tiempo, en ocasiones incalculable, supone grandes costes.

Más allá de los costes y de ser una energía no renovable, la nuclear implica los siguientes inconvenientes y peligros:

Recurso limitado

Al igual que cualquier otra energía no renovable su principal características es la capacidad limitada de sus recursos. Una vez se agoten no hay forma de que se vuelvan a regenerar por sí solos o de forma natural.


Utiliza materiales nocivos

Uno de los materiales más utilizados en las reacciones de fisión nuclear es el uranio cuya extracción y tratamiento suponen un impacto ambiental negativo. Se estima que para conseguir un 1 kilogramo de uranio es necesario remover más de 190.000 kilogramos de tierra. Además pocos países disponen de este recurso por lo que se ha traer del exterior lo que supone un incremento en los costes de producción de energía nuclear.


Tratamiento de materiales radiactivos

Esta es una de las cuestiones que generan más controversia a la hora de afrontar la viabilidad de las centrales nucleares. Tanto para los residuos que se generan tras los procesos de producción de energía —cada reactor en funcionamiento genera entre 20 y 30 toneladas de desechos nucleares—, como para los resultantes del desmantelamiento de centrales que han agotado su vida útil requieren un tratamiento específico y bajo unos estándares que garanticen la seguridad.

Son materiales muy tóxicos cuyo almacenaje siempre supone un riesgo importante incluso puede verse comprometida la salud de los habitantes cercanos a los cementerios nucleares que es así como se denominan a los lugares de almacenaje definitivo del material radiactivo.


Fabricación de armas nucleares

Aunque este aspecto responda más a cuestiones sociales, la producción de armas nucleares a partir de materiales como el plutonio o el uranio es una realidad. El desarrollo de la energía nuclear ha favorecido que los países puedan conseguir con mayor facilidad estos elementos para la fabricación de armamento nuclear.

A estos inconvenientes que supone la energía nuclear para el medio ambiente también hay que añadir la utilización de combustibles fósiles que sí emiten CO2 necesarios para transportar miles de toneladas de materiales.

Aunque la potencia instalada de energía nuclear en España ha descendido tras el cierre de la central de Santa María de Garoña en Burgos (455 MW), aún es la fuente que más peso tiene en la generación de energía de nuestro país con un 21,8% del total de la producción, según la Red Eléctrica de España.

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